Un duende me contaba historias,
de jóvenes princesas,
castillos y otras cosas.
A veces me jugaba bromas,
decía que era real
lo que ocurría en cada prosa.
Yo nunca lo ví,
a veces lo sentí,
puede que en el verso lo perdí.
Creo que en su voz
había una lección,
el sueño es solo sueño si no hay decisión.
A veces habla con la verdad,
sopla sus redes
en un delicado compás.
Juega en mis lágrimas, en mi memoria,
en cada pensamiento,
una gloria, una derrota.
Yo nunca lo ví,
a veces lo sentí,
puede que en el verso lo perdí.
Creo que en su voz
había una lección,
el sueño es solo sueño si no hay decisión.
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